viernes, 3 de julio de 2015




Se empeñan en que regrese...


Cierro los ojos...

Me veo desaparecer...

Primero una mano, luego la otra,brazos,piernas.

                                                                                   Cuerpo entero se evapora...

       Como si fuese agua en una caldera al fuego que alguien se olvido,de retirarla.

        ¡Siento paz!,quiero estar ahí...

          Mis seres de luz,me despiertan...

     Una y otra vez  se empeñan que regrese .

     Al aquí al ahora...


          
  Escritos propios: Leticia Mort
 seudónimo :Flor de Cerezo
"Los amantes" foto sacada por Leticia Mort.
"La Faraona": foto sacada por Leticia Mort

                                                         









Arte en las playas de Peñiscola




" Señor Lagarto"foto sacada por Leticia Mort
                                                                                     
Fotos propias: Leticia Mort
Si quieres alguna ponte en contacto gracias.

(foto propia sacada, por Leticia Mort)( Castillo de Peñiscola al mediodía)
(foto propia, sacada por Leticia Mort)( Castillo de Peñiscola al atardecer)
 " Peñiscola" "Comunidad Valenciana"
Cuenta la leyenda que cuando el Papa Benedicto XIII quiso huir de su fortaleza en Peñíscola, tuvo que esculpir él mismo en una noche una escalera en la piedra que le permitiese acceder al mar. Cuenta la leyenda que el precio de tan descomunal esfuerzo fue la pérdida de su anillo papal, una valiosa joya que cayó al mar y que nadie ha logrado encontrar desde entonces.

Cuenta la leyenda, también, que aún más buscado que el anillo fue el llamado
Códice Imperial, un enigmático pergamino escrito por el emperador Constantino, tan sagrado como prohibido, que sólo podían hojear los pontífices y sus más allegados cancilleres, dada su vital trascendencia para la perpetuación de la Iglesia y que en aquellos turbulentos tiempos era deseado por tres cortes papales.
Papa Luna. PeñiscolaSe dice que en ese controvertido papiro, guardado en una cánula de oro, se revelaba un enigma que helaba la sangre de cuantos lo leían, haciendo vacilar su fe, motivo por el cual los papas lo habían custodiado en el más completo secreto desde los inicios del cristianismo. En vida del Papa Luna y tras su muerte, diversos emisarios de los distintos papas que en aquellos convulsos años compitieron por la tiara de Pedro -Bonifacio IX, Inocencio VII, Gregorio XII, Alejandro quinto, Juan XXIII y Martín quinto trataron de hacerse con el códice, pero ninguno lo consiguió.
Fueron inútiles las búsquedas del Códice Imperial por todos los rincones de la atalaya de Peñíscola, por la iglesia y el sepulcro, por los recónditos aposentos del castillo, las galerías subterráneas, la ermita de la Virgen y la turris papae donde Benedicto escribía sus tratados. Tampoco lo encontraron en su bien nutrida biblioteca donde se amontonaban obras de Ovidio, Averroes, santo Tomás, Petrarca, Séneca, Maimónides o Aristóteles. Su desaparición pasó a formar parte de los misterios y secretos que envolvieron la vida de este Papa maño que acuño la frase que mejor expresa su tozudez: "yo sigo en mis trece   Lugar para el misterio
Cuando hoy, seiscientos años después, se recorren esos mismos pasillos y salas, se sube a sus espléndidos torreones, se sortean escaleras y almenas, se contempla el permanente juego de luces y sombras del castillo papal de Peñíscola, se llega a la conclusión de que en este escenario cualquier secreto, cualquier misterio, incluso los inventados, tienen aquí cabida.
Porque este enorme peñón de roca que se alza imponente sobre el Mediterráneo parece hecho a la medida de los sueños. Esta "acrópolis espiritual y guerrera" como la llamó Fernando Chueca, esta "arca de Noé" como solía denominarla el propio Pedro de Luna rezuma entre sus piedras su inicial inspiración musulmana y, sobre todo, el místico carácter templario con toda la carga esotérica que, con frecuencia, se achaca a los monjes guerreros de la Orden del Temple. Se dice que los templarios tenían constancia de enclaves naturales donde el cruce de corrientes de energía bio-magnética afectaba a la hipófisis, justo en la base del cráneo, dando lugar a estados alterados de conciencia, percepciones extra-sensoriales y todo tipo de fenómenos paranormales. Y que uno de estos lugares, no elegido al azar, es el castillo de Peñíscola.                                       

(Texto: ENRIQUE SANCHO)Revista Ibérica(Turismo viajes y vacaciones)





Arte en Peñiscola(foto propia, sacada por Leticia Mort)
(flor de cerezo)
Hambriento de calor...

 Soledad tan amiga y recurrente a la vez.
Heladas montañas cubren mi espalda...
Embriaga un silencio un vacío...

Solo unos copos de nieve cayendo delicadamente.
Viento frío de un invierno, que llega con ganas tocando mi cara.
Se escarchan mis venas,impidiendo el fluir de la sangre.
Que entibian un cuerpo..
.
Cabeza vacía, indiferente a tu propio dolor.
¡A gritos! ¡me pide!.
Reaviva esa llama...

Que quedan pequeñas brasas en ese corazón.
Hambriento de calor...
         
                                                                                      Escritos propios: Leticia Mort
                                                                         
                Seudónimo: Flor de cerezo